

Pulsera rígida de oro blanco 750 adornada con 133 diamantes en talla brillante, que suman un quilateje total de 1,909ct.
Una pulsera eterna, que perdura a lo largo de los años; el tipo de joya que pasa de generación en generación. Engastados en sistema de cuatro garras, los diamantes quedan perfectamente sujetos y aportan un lustre sin igual. En acabado rígido, los diamantes se muestran en la parte superior, mientras que en la inferior únicamente tenemos oro blanco en terminación brillo. Asimismo, en uno de los laterales observamos una pestaña de seguridad, perfecta para evitar posibles aperturas.
Una pieza que encaja en todo momento y situación, y que se adapta a cualquier outfit. En definitiva, una pulsera polivalente y que no pasa percibida.
Ficha técnica